Lo fantasmagórico del paisaje
es la condena por la gracia de ignorarlo
Es el tiempo fatigado que no tiene reposo
el peso que encorva la colina
la ceniza que se adhiere al tronco del árbol
ahogando con un denso manto
su canto de libertad
Solo un camino nos queda
un sorbo de vida y de poesía
un chorro de luz en un tiempo no lineal
que no es antes ni después
Debemos consagrarlo a su cuidado
para que brote la aurora
ayudarlo a extender las alas
acompañarlo en su vuelo
Contra todo pronóstico
renacerá