Hace mucho tiempo en un reino llamado Girasol existía un lago muy enorme llamado el lago “Espejo” ya que cuando las personas que vivían en ese reino se acercaban a este, podían reflejarse en él. Resulta que un día unos pobladores que vivián en el reino comenzaron a tirar todas las cosas que ya no utilizaban, desde sus vasijas hasta la ropa, contaminando el agua y la bonita vista que daba el lago desde el castillo del rey. Razón por la cual todas las personas del reino comenzaron a enfermarse y llenarse de alergias por beber el agua contaminada del lago espejo.
La princesa, hija del rey, llamada Flor, le gustaba mucho bañarse en el lago, pero desde ese día, que comenzó a ser contaminado el lago, ella también sufrió de todas esas enfermedades, que causaban que su piel le picara mucho. Pero nadie, ni siquiera el rey que era la máxima autoridad del reino busco la forma de descontaminar el lago porque no sabían cómo.
La princesa angustiada por que su lago favorito estaba sucio, decidió ir a donde un mago llamado Benjamín, que era muy bueno en resolver problemas y muy amable para preguntarle la forma de recuperar la belleza y esplendor que el lago Espejo tenía antes.
El mago escucho atentamente a la princesa y le dijo:
—Para que el lago vuelva a recuperar su hermosura tienes que enseñarle el valor del agua a tus pobladores, ya que el agua es todo para nosotros. Es vida y es salud. El lago no se ha ensuciado solo, las mismas personas que habitan este reino lo han hecho y es deber de todos cuidar lo que tenemos—Le murmuró—Aparte de esto, tienes que pedirles a todos ellos que recojan cada una de las cosas que arrojaron al lago y busquen una manera de volver a utilizarlas, o desecharlas en lugar en donde no le cause problemas ni a ellos ni a la naturaleza, mi princesa.
La princesa Flor asintió a cada una de las cosas dichas por el mago y sin esperar mas tiempo decidió poner en marcha un plan para que el agua del lago volviera a reflejar a cada una de las personas que se vieran en él, así que ese mismo día, decidió hacer un anuncio importante pidiéndole a todas las personas del reino que se congregaran en la plaza principal.
—He ido con el mago, y me ha informado que todo lo que ha sucedido con el lago ha sido culpa nuestra. El deber del ser humano es cuidar de las cosas que le rodean y si continuamos arrojando cosas al lago, este continuara sucio y no podremos utilizarlo de la misma forma que antes. —Expresó la princesa. —Así que, por orden mía y de mi padre todos iremos ahora misma al lago para limpiarlo.
—¡SI, PRINCESA! —Gritaron todos, desde niños hasta ancianos.
Todas las personas del pueblo, junto al rey y la princesa se fueron al enorme lago. El agua cristalina que antes esta tenía ahora era de color marrón. Ni los pececitos que vivián en este se podían ver, y olía muy feo.
—¡Que feo está el lago! —Dijo un ancianito—¡Pero con nuestro trabajo será tan bonito como antes!
Todas las personas, sin excepción alguna comenzaron a meterse al lago y sacar cada uno de los objetos que lo contaminaban. ¡Había tantas cosas! Desde sombreros hasta ropa ¡El lago estaba muy, pero muy sucio! Aquella tarea llevo muchos días, a tal punto que se demoraron un mes en sacar cada una las cosas que el lago contenía.
—Que fácil es arrojar las cosas pero que difícil es recogerlas—Murmuró un niñito. Pero poco a poco las personas notaron como el agua cambiaba y recuperaba su transparencia originaria.
La princesa flor y él rey también ayudaron. Todos unidos, con mucho esfuerzo lograron que el lago Espejo recobrara su belleza y vitalidad como antes. Y con las cosas que sacaron del lago, el mago Benjamín realizó un hechizo y las convirtió en un enorme barco de madera para que todas las personas pudieran subir en el y pasear sobre el lago.
Desde ese día, el lago Espejo recobro toda su belleza, cada una de las personas que vivían en el reino prometieron que más nunca volverían a contaminar el lago, ni ningún rio. Ya que cada una de las cosas que nos rodean son importantes.
El agua es vida, el agua es salud, y es deber de nosotros cuidar el medio ambiente.
Fin.