Frente a mis ojos el río
el insondable río huérfano de vida
y el agua parda que sin prisa avanza
entregándole al mar entre rumores
su lenguaje de sueños inconclusos
Muchos pies recorrieron sus orillas
Cuánta memoria infinita lleva el viento en sus alas
Cuántas huellas intentaron tocarlo y vencerlo
La furia del tiempo no ha podido con él
aunque distinto es el viaje desde que desviaron su cauce
Los pájaros no anidan en los árboles
los ancestros entendieron que sus montículos son nidos de codicia
y viajaron con el sol a cuestas
buscando solitarias piedras para su reposo
Los hornos de San Sebastián cerraron sus bocas
El barro materia inexorable de las filigranas
con alambre de púas se separa de las manos alfareras
Frente al río lo he visto todo
Hombres y mujeres de profundos surcos en la cara y en las manos
y una mueca de sonrisa triste
Pobreza y riqueza separadas con invisibles líneas que demarcan
La gaita llora esperando sin espera
que devuelvan al viento sus notas con vocación de verso
Todo conmueve frente a
El olvido en el Sinú es una llama que calcina los recuerdos