EL SAUCE

Marielita y su amor por los sauces    

Solar de la casa

el viento en tránsito vespertino

palpa la herida del vidrio

cruza la ventana rota.

El sauce con nostalgia de manigua

baila en sensación yaraví

-no olvida su rostro de selva-.

Hojas delgadas cantan

la balada de septiembre,

estigmas de rocío

grabaron la suma de sus lágrimas

-un árbol llora,

nadie comprende el llanto vegetal-.

Entre cunas de su tronco

vive el agua de la lluvia

-presiente la próxima sed-.

Laberintos de la cáscara

plegarias zurdas de animales 

rezagados por la estampida del destino.

-Sauce grande, imperfecto

me das sabor a pasado

-eco del silencio-

-voz verde en mi libreta de nostalgias-.

Árbol retorcido… eslabón del tiempo 

en tu sabiduría escondo mis penas.

Animal asustado: payador humilde

el antiguo sauce

me guarda dentro de su corazón.

ARENAS MÓVILES

Feria de Arenas Móviles

joven desierto en febril presencia.

¡El erial canta La Sinfonía del Tiempo!

Torrentes llegan con gravillas

bordadas de espumas y arados.

¡Saben los ríos que un día olvidarán sus cauces!

El mar envía regalos con el tsunami.

Las flores exhiben policromía final.

Piedras embriagadas en los baldíos.

Desiertos los amantes que procrean. 

Arenas movedizas resucitan.

En rumor el Sahara enamorado.

El sol embarazó la tierra

da a luz una dinastía de piedrecillas.

Competencia cruenta por la conversión al polvo

Faltan diez festivales

el yermo cubrirá el planeta

piel de crótalo arropará la muerte.

En carnaval hablará elocuente

el paraíso de Manzana Extinta.

Viva la fiesta de Sed Perpetua.

CICLÓN GALANTE

El cadáver no tiene ataúd

ni esperanza de vida.

¡Que no escape el muerto!                                                      

El espíritu danzó en los aires

se estrelló febril

contra los soles y la lluvia.

El alba teje con paja y saliva

una alcoba entre la rama.

La luna ilumina el lecho

hilado de intemperie.

El pájaro un ciclón galante

de su canto supo la arboleda.                                                             

Murió el gorrión

la montaña llora.

Un pájaro atrapado

-sueña el cazador maldito-.

Vendrá la novia

que tiene sueños de arquitecta.

Que al muerto no lo desintegre una oración.

¡Que no escape el muerto!

Llegó la pájara enamorada.