En un lugar muy lejano, se hallaba una gran ciudad donde vivir era muy satisfactorio y casi perfecto, parecía un sueño, todo era fantástico.
En esta ciudad residía una gran multitud de personas. Las casas eran tan glamorosas que provocaban la sensación de quererlas ver todo el día.
Una hermosa playa con aguas cristalinas decoraba el horizonte mostrando así, lo hermoso que es la vida acuática. Esta ciudad se llamaba Ángeles. Lo que hacía alusión a las hermosas personas que en ella residían. A estos ángeles cada año se les solía dar una misión sin importar al ser humano que le tocara. Siempre lo debía proteger y ayudar a toda costa, también tenían el don de poder sentir las emociones de su protegido. Entre todas esas hermosas criaturas, se encontraba Angelina a quien se le había asignado una misión súper importante. Como la contaminación a nivel global estaba creciendo de manera exagerada y su protegida era testigo de la situación de su barrio. Angelina, empezó a preocuparse, estaba muy triste y propuso ayudarla en el menor tiempo posible antes de que todo siguiera empeorando.
Sin pensarlo dos veces, se dirigió a una puerta que emitía una brillante luz, cerró los ojos sintiendo como se desplegaban sus alas, Llegando así al mundo terrestre admirando la hermosa vista que se veía desde arriba, pero no demoró mucho tiempo y su corazón se rompió en pedazos al ver todo lo que miraba en los árboles y calles de la ciudad de su protegida.
Llegó hasta la ventana del cuarto de su protegida, vio una luz tenue a través de las cortinas, dejando entrever la silueta de verónica a quien cuidaría, ella, revisaba su computadora y hacía apuntes en una libreta. De manera invisible, entró a la habitación y veía como Verónica, buscaba los medios de cómo ayudar a su comunidad; sin embargo, no había resultados positivos.
Pasaron las horas y cuando Verónica se fue a dormir y descansar, se la quedó observando y notó lo tensa que estaba, dentro de ella había una gran preocupación y parecía que nada tenía solución.
El ángel se le acercó y empezó a pasar sus manos de luz sobre la cabellera de Verónica, sintiendo así su energía y sabiendo que ella empezaba a calmarse. De repente se le ocurrió una idea, recordó una forma fácil de ayudar a alguien, así que poco a poco se fue sumergiendo en el sueño de Verónica con la intención de crear dentro de ella un ambiente tranquilo y reconfortante posible haciendo sentir que estaba dentro de un hermoso jardín con árboles frondosos, de elegantes troncos y hojas de todos los verdes inimaginables, además muchos pajaritos trinando en sus ramas.
Al despertar verónica, se halló tendida en el verdoso pasto y a su alrededor unas hermosas flores que danzaban al compás del viento, al girar su cabeza, se encontró que no estaba sola, había otra chica que portaba un vestido blanco que combinaba muy bien con su cabellera color caoba. Algo en su corazón la incitó a seguirla, de repente, la chica desconocido, giró su cabeza, le regaló una sonrisa y le dijo: “¿Sabes?, puedes ayudar de muchas formas a cuidar tu entorno, lo primero que debes hacer es incentivar a tus vecinos, amigos y compañeros del barrio, del colegio, de los alrededores”, le susurró con voz dulce y suave, mientras se sentaba en el pasto y acariciaba delicadamente, Verónica estaba confundida, pero decidió seguir escuchando a la desconocida. “Evita a toda costa comprar comida o artículos que vengan empacados en material desechable o plástico, porque estos no son biodegradables, incentiva.
Verónica estaba conmocionada, no podía creer lo que estaba escuchando, intentó decir algo, pero no pudo, después de brindarle una sonrisa, la chica vestida de blanco había desaparecido. a tu prójimo a no arrojar basuras a las calles, ríos, parques, esta situación está creciendo cada vez más y está causando un daño irremediable, debes ayudar a cambiar esto, no te importe el qué dirán, solo sé tú misma y da lo mejor de ti, no te des por vencida, no te eches para atrás”.
Poco a poco Verónica fue sintiendo como si el cuerpo le pesara, cerró sus ojos y se dejó llevar en un mar de sensaciones maravillosas.
Al abrirlos por su mente rondaban las imágenes y palabras de aquella chica y se empezó a preguntar ¿quién sería aquella chica y por qué sabía tanto? Suspiró, se sentó en su cama, recordó el sueño, sus ojos se iluminaron y sabía que iba a luchar para que las cosas cambiaran. Quizá ella sola no podía hacerlo porque era un ser humano como todos, pero uniendo fuerzas con los demás, algo importante estaría por suceder.