LA HUELGA DE LOS ANIMALES DEL DESIERTO

Una vez en el desierto de la Guajira, un hombre noble encontró una cueva, esta aparentemente era igual que las demás, pero cuando entro a la cueva se encontró con una gran sorpresa y es que por dentro era muy grande, se podría decir que gigantesca.

El hombre se admiraba de las pinturas ahí encontradas, unas figuras rupestres totalmente diferentes y de figuras de animales mitológicos y mágicos. Como era un hombre sabio y respetuoso de la naturaleza y la cultura, se maravillaba con lo que había encontrado porque para él era un gran aporte a la historia de la región.

  • Y decían que la Guajira era un moridero desértico- pensaba.

Miraba y miraba los dibujos encontrados y no se daba cuenta que se está adentrando mucho más.

Y de pronto se encontró con una mina, él pensaba… como es posible que aquí adentro haya una mina abandonada.

La curiosidad lo llevo a adentrarse en la mina, y encontró oro negro, carbón.

Su admiración fue total y se notaba que ya habían comenzado pero se veía totalmente abandonada.

Se decía que podía haber pasado para que una empresa tan floreciente pudiera ser abandonada de la noche a la mañana.

Esto es extraño- pensaba

Llego a su choza y le conto a su amorosa esposa y a sus dos hijos. Uno de 20 años y el otro de 16.

Les relato todo y les comento que no iba a dar a conocer la ubicación porque era muy extraño que la hubiesen abandonado cuando se notaba que habían invertido tanto y tomo la determinación de no tentar a la madre naturaleza.

Pero su hijo mayor, no estaba del todo de acuerdo con su padre, pues se decía nunca tendremos nada porque mi papa es un pobre diablo, miserable le gusta vivir sin un peso y pretende que nosotros hagamos lo mismo. Así que convenció a la mama para que le preguntara la ubicación, ella que quería tanto a sus hijos, sobre todo a este, lo hizo y le conto a su hijo.

Este joven llego hasta la cueva, dejo una señal y fue donde un gran empresario y le vendió la idea, cuanto error produce la necia ambición, le pagaron mucho dinero por ese hallazgo y se fue del país sin avisar a su familia.

Esa empresa empezó a traer sus carros gigantescos, retroexcavadoras, y demás materiales y destruían todo a su paso. Era la explotación inmisericorde del desierto.

Los animales salamandras, víboras, tortugas, lagartos del desierto, se fueron extinguiendo inmisericordemente.

Así que hicieron huelga en contra de los hombres y convocaron a los espíritus protectores del desierto para pedir justicia por los daños que el hombre había causado nuevamente a la ecología del desierto.

Es así que los espíritus protectores viendo con tristeza todo el mal que el hombre inclemente había causado, desato una extraña enfermedad a todo ser humano que entrara en contacto con el carbón. Y no solo las personas en contacto directo sino sus familias. Así los hombres de la gran empresa sintieron el flagelo de la enfermedad y pensaron es una maldición de Dios, así que los pocos que quedaron salieron despavoridos del lugar y de la región y se juraron no volver jamás.  Pero lo que no sabían es que algunos la tenían y eran asintomáticos y solo afectaba a aquellos que se dejaran tocar por la necia ambición.

El hijo del buen hombre, que había vendido la cueva, antes de irse vio unos pergaminos que mostraban lo que había pasado con los anteriores dueños y  sabía que los animales harían pagar a todo el que dañara la homeostasis tranquila que había en el lugar. Y como buen cobarde que era, sabiendo lo que sucedería, vendió como un infame y se fue sin avisar a su propia familia del mal que les caería encima.

Ya como hombre próspero y con poder se quedó en una isla casi toda de él. Ahí conoció a una hermosa joven y de muy buena posición, se enamoró de ella inmediatamente. La invito a salir y cuando la beso en la primera cita, ella le conto que habían huido de una peste de un país subdesarrollado, eso le causo pavor al joven, porque sabía que moriría. Y salió corriendo pero ya era demasiado tarde moriría y de la peor manera. Y entendió que de los espíritus protectores del desierto no se burla nadie. Murió de una manera muy terrible. Es así que un mal acto contra la naturaleza y los animales del desierto se pagan muy caro porque los espíritus protectores nunca abandonan a sus seres pequeños de la tierra.

Publicado en Arte Ambiental, Cuentos.