LA REALIDAD DE UN SUEÑO ECOLÓGICO

Sentado frente al mar, en el silencio de mi entorno y el suave y relajante sonido de las olas rozando las orillas de aquel azul mar, me adentré en una aventura en mis pensamientos e imaginé un mundo solo de las maravillas que nos da la naturaleza. Cuánta belleza frente a mis ojos, como si todas esas maravillas estuvieran concentradas en un solo punto, las podía ver pasar todas lentamente, vi el mar más azul y transparente de otras épocas, los animales acuáticos desprendían un brillo de sus ojos, transmitiéndome con ellos la enorme felicidad que sentían al estar dentro de aguas tan cristalinas.

Luego sin darme cuenta me percaté de un aire que no había respirado nunca antes, su aroma era tan refrescante y suave, mi piel se mantenía limpia y purificada sin un solo grano de tierra, arena, etc. Este aire era tan puro que no tenía ninguna partícula de polvo dentro de él, sin necesidad de tener un microscópio o algo parecido, me podía dar cuenta fácilmente, porque mi piel estaba suave. Realmente me sentía en otro mundo, en un lugar del que estoy seguro, nunca nadie ha podido disfrutar como yo, en esa ocasión.

Después de contemplar en mis pensamientos esas bellezas, caminé un poco y vi las calles limpias, sin un solo residuo en ellas, había botes de basura a 100 metros de distancia en todas las calles, no una, dos o tres rotuladas y con colores como se acostumbra hacer, tenían 7 recipientes con colores diferentes, gris, azul, amarillo, verde, roja, anaranjada y negra. Me sorprendí mucho, escasamente vemos canecas comunes, en ciertos lugares encontramos máximo tres, pero 7 era otro nivel.

Me sentía como si hubiese ido a otro lugar; otra dimensión, en la que todo era diferente, absolutamente todo era limpio y sobre todo hermoso, rodeado de paz, tenía frente a mi algo que nunca antes había visto…las personas que habitaban aquel lugar, tenían conciencia ambiental, valoraban lo que Dios nos regaló algún día. Qué eventos tan raros, no encontraba ni un solo tipo de residuo en las calles, una calilla de cigarrillo, una tapa plástica, nada.

Un sinnúmero de maravillas pasaban frente a mí, casi que, a la velocidad del sonido, pero mis ojos estaban tan limpios y sanos que las podía ver claramente. Luego avancé un poco más y mis ojos vieron plantas de todos los colores y más árboles en todo el planeta.
Las flores de aquellas plantas resplandecían y encantaban más a aquel lugar. Lindos colores y gran variedad de mariposas y colibríes se posaban para extraer de su interior el néctar. Mi mente y todas las partes de mi cuerpo estaban saciadas después de haber visto tantas bondades de la naturaleza que jamás había visto. Luego de apreciar todo esto aproximadamente durante una hora, presencié una luz extremadamente brillante a mí alrededor, que se iba cerrando muy rápido. Yo estaba confundido, porque yo era el núcleo donde está luz estaba por reunirse. Me sentí aquel momento como el sol, tan importante, tan radiante y donde todo giraba en torno de mí.

A lo lejos pude oír el magnífico y relajante sonido de las olas, paseando levemente por mis pensamientos y acariciando suavemente mis oídos, sintiendo la paz interior por unos segundos, todo era muy tranquilo. De repente la luz brillante llego a mí rápidamente y sentí una explosión gigantesca. Cuando parpadeé, estaba sentado frente al mar, en ese lugar donde había empezado esta aventura en mi imaginación, ese momento donde mi espejismo y mi realidad chocaron para tener esa experiencia…pero que este sueño o visión que tuve, puede convertirse en realidad si cuidamos el ambiente y el mundo


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